LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Afecta
a una de cada mil personas y a un 1-2 % de los mayores de 65 años.
Se caracteriza por una estado degenerativo de las neuronas que
componen el locus niger y el globus palidum que provoca lentitud,
falta de expresión facial, dificultad para andar, rigidez y temblor
en las extremidades. En esta enfermedad existe un exceso de actividad
en esas dos estructuras cerebrales, el núcleo subtalámico y el
globo pálido interno, y su normalización mediante lesión o
estimulación eléctrica supone una gran mejoría en los pacientes,
según las últimas técnicas de tratamiento.
La
enfermedad de Parkinson (EP), también denominada Parkinsonismo
idiopático o parálisis agitante, es un trastorno neurodegenerativo
crónico que conduce con el tiempo a una incapacidad progresiva,
producido a consecuencia de la destrucción, por causas que todavía
se desconocen, de las neuronas pigmentadas de la sustancia negra.
Frecuentemente clasificada como un trastorno del movimiento, la
enfermedad de Parkinson también desencadena alteraciones en la
función cognitiva, en la expresión de las emociones y en la función
autónoma.
En
la actualidad, el diagnóstico está basado en la clínica, puesto
que no se ha identificado ningún marcador biológico de esta
enfermedad. Por ello, el diagnóstico de la misma se apoya en la
detección de la característica tríada rigidez-temblor-bradikinesia
y en la ausencia de síntomas atípicos, aunque también tiene
importancia la exclusión de otros posibles trastornos por medio de
técnicas de imagen cerebral o de analíticas sanguíneas. En el año
1997, la Organización Mundial de la Salud estableció que el 11 de
abril se celebraría el Día mundial del Parkinson, con el objetivo
de acrecentar la concienciación de las necesidades de las personas
aquejadas de esta dolencia. Fue esta la fecha escogida al coincidir
con el nacimiento de James Parkinson, el médico británico que
describió por primera vez la «parálisis agitante», término que
él mismo acuñó.
La
enfermedad fue descrita y documentada en 1817 (Essay on the Shaking
Palsy) por el médico británico Dr. James Parkinson; los cambios
bioquímicos asociados fueron identificados en los años 1960.
En
la década de los ochenta fue identificada la causa subyacente de la
enfermedad de Parkinson: la pérdida de células dopaminérgicas,
principalmente a nivel de la sustancia negra. En base a esto se han
desarrollado distintos tratamientos, basados en la administración
exógena de L-DOPA como reemplazo a la dopamina faltante, e incluso
se han realizado pruebas con el fin de implementar el uso de injertos
de células dopaminergicas y restituir la función de las células
perdidas por la patología.
El
Parkinson es el ejemplo más común de una serie de trastornos
neurodegenerativos caracterizados por la acumulación en las neuronas
presinápticas de la proteína α-sinucleina.
Casi todas las formas de parkinsonismo son el resultado de la
reducción
de la transmisión
dopaminérgica en las neuronas de los ganglios basales, parte de las
vías dopaminérgicas del cerebro.
Los
estudios sobre la mortalidad en la EP se encuentran limitados por la
escasez de precisión de los certificados de defunción, así como
por la confusión diagnóstica entre el parkinsonismo idiopático y
otros tipos de trastornos neurodegenerativos. Con todo ello, puede
establecerse que las tasas de mortalidad por EP son bajas para
cualquier estrato de edad y que la edad de la muerte de los pacientes
ha ido desplazándose hasta edades más avanzadas, por un progresivo
aumento de la esperanza de vida.
Manifestaciones
motoras
- Bradicinesia.
- Alteración de la motricidad fina.
- Micrografía (Estado en que la letra en manuscrita del paciente cada vez se hace más pequeña e ilegible).
- Hipofonía.
- Sialorrea. (Producción excesiva de saliva)
- Temblor en reposo de 4 a 6 Hz.
- Rigidez muscular.
- Signo o Fenómeno de la Rueda dentada.
- Alteración de la postura.
- Inestabilidad postural.
No
todos los síntomas aparecen en todos los pacientes y la evolución y
progresión de la enfermedad es muy variable según los casos.
Características
no motoras
- Depresión y ansiedad.
- Apatía
- Alteraciones cognitivas.
- Trastornos del sueño.
- Alteraciones sensoriales y dolor.
- Anosmia. (Pérdida o disminución del sentido del olfato)
- Trastornos de la función autonómica.
Por
último, otra teoría propone que la enfermedad de Parkinson ocurre
cuando, por causas desconocidas, el desgaste de las neuronas
productoras de dopamina normal, relacionado con la edad, se acelera
en ciertas personas. Esta teoría se sustenta en el conocimiento de
que la pérdida de mecanismos protectores antioxidativos está
asociada con la enfermedad de Parkinson y el envejecimiento
El
tratamiento de la enfermedad de Parkinson consiste en mejorar, o al
menos mantener o prolongar la funcionalidad del enfermo durante el
mayor tiempo posible. En la actualidad, el tratamiento puede ser de
tres tipos (aunque son viables combinaciones): farmacológico,
quirúrgico y rehabilitador.
Fernanda Jacobo Renteria 2LC2
Fernanda Jacobo Renteria 2LC2
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